El pasado 29 de junio el Papa Benedicto XVI cumplía sesenta años como sacerdote, sus bodas de diamante. Nuestra comunidad parroquial se asoció desde la oración a ese grato acontecimiento para el Santo Padre y para toda la comunidad eclesial.
La actividad se enmarcó en la adoración eucarística de este jueves 21, a la cual asistió un número considerable de fieles y estuvo precedida por el padre Víctor Alvarado. La intención principal fue la de dar gracias al Señor por el don del Papa Benedicto XVI a la Iglesia y al mundo y, de alguna manera, envolver su figura en un ambiente afectuoso hacia su figura de Pastor.
Tal como lo sugirió la Congregación para el Clero se meditó el pasaje bíblico del Evangelio de San Juan capitulo 21, en el que aparece el Apóstol San Pedro, el primer Papa, en conversación con el Señor, quien le pregunta si lo ama más que los otros.
El Padre Víctor remarcó, a raíz de la proclamación del Evangelio, las palabras con las cuales el Santo Padre inició su pontificado: “Quien deja entrar a Cristo en su vida no pierde nada, absolutamente nada, de lo que hace la vida libre, bella y grande.”
“Dejar entrar a Cristo en la vida es una decisión fundamental, se trata de optar entre vivir sólo para mí o entregarme por lo más grande”, apuntó el sacerdote.
El Papa Benedicto XVI recibió la ordenación sacerdotal el 29 de junio de 1951 junto a su hermano Georg, en la catedral de Freising, Alemania. Lleva 60 años de sacerdote, 34 de obispo y desde hace seis años, también es Papa.
1 comentarios:
la celebracion liturgica estuvo bien bonita llena de mucha meditacion y entrega al camino que CRISTO nos ofrece, a la vez la entrega al AMOR QUE EL NOS QUIEREDAR.
FELICIDADES POR TODO SU TRABAJO Y ESFUERZO DIOS LES BENDIGA.
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