Cada año, las fiestas patronales deben ser un tiempo único para acrecentar la convivencia fraterna, social y familiar. Somos conscientes de que en el hoy de nuestra historia necesitamos rescatar estos valores universales para devolverle a nuestras familias y comunidades, la unidad y concordia en la que deben crecer las nuevas generaciones, ya que por la carencia de estos valores, hoy vivimos el temor y flagelo de la violencia social y delincuencial.
Sabemos que nuestro pueblo goza de un profundo legado espiritual, de una fuerte piedad y oración, que fue cultivado y conservado en gran medida por los padres Paulinos, (a quienes en este año queremos ofrecer un humilde homenaje). Debemos aprovechar esa fe para aplacar la fuerza del mal.
El pasado 15 de julio los obispos de nuestro país publicaron un mensaje en el que muestran su preocupación por la situación de violencia que atraviesa nuestro país, y de la cual nuestro querido pueblo de Ilobasco no está exento. Ellos nos invitan a la esperanza y literalmente nos dicen: «La mayor riqueza del pueblo salvadoreño es su profunda fe en Dios, nuestro Padre, y su amor a Jesucristo, el Divino Salvador del Mundo. De esta fe nace la confianza en su palabra: "Yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo" (Mt 28,20). Esta fe debe sostenernos en la lucha por la justicia y por la dignidad humana, porque, como enseña el Papa Pablo VI, no podemos construir el futuro sin Dios ni al margen de él.» (Mensaje de la CEDES “No tengas miedo, pues yo estoy contigo”).
Quiero invitar a todos a entrar en sintonia con nuestros Obispos y para ello, en estas fiestas patronales les invito a la oración intensa por la paz durante todo este mes dedicado a San Miguel Arcángel, siguiendo el sabio consejo del Cura de Ars en su Sermón sobre la oración: «Hemos de orar con frecuencia, pero debemos redoblar nuestras oraciones en las horas de prueba, en los momentos que sentimos más grande la fuerza del mal». No omito invitarles, además, a que se unan a nuestras actividades religiosas las cuales todas llevarán esta intención de pedir por la paz y por las familias que están siendo y que ya han sido afectadas por la violencia.
Con estos sentimientos, en nombre de los sacerdotes de esta Parroquia, quiero expresar mi más grande saludo de felicitación –que hago extensivo a todos- en estas festividades en honor a San Miguel Arcángel, a quien nos encomendamos para que siga protegiéndonos.
Invocando la abundancia de la gracia divina,
Pbro. Rosario Eliseo Rivas