Oh, Señor, Tú ves como por todas partes
los vientos han estallado y el mar se convulsiona
los vientos han estallado y el mar se convulsiona
con la gran violencia de las olas crecientes.
Ordena, te lo pedimos, que calmes los vientos y los mares.
Restaura la paz entre nosotros,
esa paz que solo Tú nos puedes ofrecer y restaura la armonía social.
Ordena, te lo pedimos, que calmes los vientos y los mares.
Restaura la paz entre nosotros,
esa paz que solo Tú nos puedes ofrecer y restaura la armonía social.
Bajo tu mirada protectora y tu inspiración
puedan los hombres y mujeres volver al orden,
venciendo la codicia, convirtiéndonos en lo que debemos ser,
reflejo del amor de Dios, de la justicia,
de la caridad con el prójimo,
haciendo uso ordenado de todas las cosas.
puedan los hombres y mujeres volver al orden,
venciendo la codicia, convirtiéndonos en lo que debemos ser,
reflejo del amor de Dios, de la justicia,
de la caridad con el prójimo,
haciendo uso ordenado de todas las cosas.
Haz que tu reino llegue.
Que todos puedan reconocer que están sujetos a Tí,
y que deben servirte, porque eres la verdad y la salvación;
que sin Tí, todo lo que se hace es en vano.
Que todos puedan reconocer que están sujetos a Tí,
y que deben servirte, porque eres la verdad y la salvación;
que sin Tí, todo lo que se hace es en vano.
La vida en la tierra es una guerra,
pero Tú ayudas al ser humano a conquistar lo que necesita.
Tú sostienes al débil y lo coronas con la victoria.
pero Tú ayudas al ser humano a conquistar lo que necesita.
Tú sostienes al débil y lo coronas con la victoria.
Te pedimos Señor, Renueva en nosotros
las maravillas de tu misericordia;
envía tu Santo Espíritu, para que él pueda obrar
en la intimidad de nuestros corazones;
para que los enemigos puedan empezar a dialogar;
para que los adversarios puedan estrecharse las manos;
y para que las personas puedan encontrar entre sí la armonía.
envía tu Santo Espíritu, para que él pueda obrar
en la intimidad de nuestros corazones;
para que los enemigos puedan empezar a dialogar;
para que los adversarios puedan estrecharse las manos;
y para que las personas puedan encontrar entre sí la armonía.
Para que todos puedan comprometerse
en la búsqueda sincera por la verdadera paz;
para que se eliminen todas las disputas,
para que la caridad supere el odio,
Y así el perdón venza el deseo de venganza.
en la búsqueda sincera por la verdadera paz;
para que se eliminen todas las disputas,
para que la caridad supere el odio,
Y así el perdón venza el deseo de venganza.
Te lo pedimos por la intercesión de María, nuestra señora de la paz,
a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos Amen.
(León XIII < Juan Pablo II)