Este jueves 21 de abril, nuestra Parroquia San Miguel Arcángel celebró con solemnidad la Misa vespertina de la Cena del Señor.
Dicha celebración fue presidida por el Párroco Eliseo Rivas, acompañado del Padre Roberto Escalante y de un gran número de feligreses de todo Ilobasco.
En su Homilía, el Padre Escalante -después de contextualizar la celebración-destacó la importancia de los tres dones que el Señor nos ha legado en la última cena: El amor hecho servicio, la Eucaristía y el Sacerdocio.
“La Pascua, es decir, el paso del Señor Jesús está cargado de amor, un amor que se hace servicio, un amor que se hace entrega, un amor que se hace Eucaristía, sacramento, signo vivo de una comunidad de hermanos que se aman y que están dispuestos a servir y también un amor que se hace Sacerdocio”, indicó.
En torno a esto invitó a concretar y actualizar estos dones en la vida cotidiana sirviendo en la Iglesia, poniendo a la Eucaristía al centro de la vida y orando por la santificación de los sacerdotes. Inmediatamente después de la homilía el Párroco Eliseo repitió en 12 jóvenes el gesto del Señor Jesús. El sacerdote se acercó a cada uno de ellos, les echó agua sobre los pies, se los secó con la toalla y se los besó. Con este gesto la Iglesia quiere insistir en el carácter de testamento de Jesús, indicando a sus discípulos que su mandamiento principal es el amor al prójimo, manifestado en un servicio humilde y fraterno.
Antes de la procesión, el Párroco Eliseo, con el Santísimo agradeció la presencia de los feligreses, así como a la vez invitó a los actos litúrgicos y piadosos que se tienen programados desarrollar en este Triduo Pascual.
Vale destacar que la Misa vespertina conmemora la última cena y la institución de la eucaristía. Todo evoca la memoria de la cena pascual que Jesucristo compartió con sus discípulos: el tiempo (al atardecer), las lecturas de la institución de la eucaristía, el discurso final de Jesús el lavatorio de los pies, y una parte especial de la plegaria Eucarística.
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