Con motivo de la fiesta litúrgica de la Presentación del Señor, este jueves 2 de febrero, la Parroquia San Miguel Arcángel ejecutó una actividad religiosa que tuvo tres momentos importantes: rito de bendición de candelas, procesión y la santa Misa Solemne.
La celebración litúrgica comenzó en el atrio del templo parroquial, a las 5:00 a.m, con la ceremonia de bendición y subsiguiente procesión de los cirios y candelas, que simbolizan a Jesús que aparece en el templo "como la luz que ilumina a todas las naciones" -según la expresión del anciano Simeón cuando recibe al Niño Jesús en el templo de Jerusalén-.
“Hoy celebramos el día en que Jesús fue llevado al templo para encontrarse con el resto de Israel, representado en los ancianos Simeón y Ana que lo aguardaban con ayunos y oraciones”, manifestó el Párroco Eliseo en la monición introductoria.
“Jesús es la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo; y hoy nosotros, imitando a María, entramos en el templo llevando una luz pequeña y frágil, como la misma vida amenazada desde sus comienzos, pero cálida y luminosa como el amor de Dios que está en su origen”, concluyó.
Después de la procesión tuvo lugar la santa Misa a las 6:00 a.m, que fue presidida por el padre Escalante.
El sacerdote explicó en su homilía que participar en la festividad renueva la vida cristiana en la luz de Cristo, pone los corazones al amparo de esa luz y los abre al compromiso de una "vida nueva", en una síntesis entre el espíritu de la Navidad y de la Pascua.
“Si María ofrece a su hijo Jesús a Dios, lo consagra a Él en el Templo; también nosotros estamos llamados a ofrecer, a consagrar a Dios lo más preciado que tenemos: nuestra vida”, dijo.
De igual forma hizo alusión a la Jornada Mundial de la Vida Consagrada e invitó a dar gracias a Dios por el regalo de las comunidades religiosas en la diócesis y pidió oraciones para que se mantengan fieles a su vocación y carisma particular.
La Presentación del Señor, antes llamada "de la Purificación de la Virgen María" y en algunos lugares “La Fiesta de Nuestra Señora de la Candelaria” recuerda el cumplimiento, por la Sagrada Familia, de la Ley de Moisés que mandaba que a los 40 días el niño debía ser presentado en el templo, y la madre debía realizar el rito de la purificación.
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